Silvio Elías es el cofundador y consejero delegado de Ecoveritas, la empresa propietaria de la cadena de productos ecológicos Veritas, que ya suma 76 supermercados más su tienda online. También es padre de familia numerosa con tres hijos, dos niñas y un niño de catorce, doce y ocho años.
Desde el año 2002, en Veritas venden productos certificados procedentes de la agricultura y ganadería ecológica. Estos productos son 100% naturales, libres de químicos, y respetan normas muy estrictas de producción y transformación. Además, este año subieron el descuento del 5% al 10% en sus productos para las familias numerosas.
Este año Veritas ha contado con la colaboración de la Asociación de Familias Numerosas de Cataluña (FANOC) en su proyecto «Provoquemos un cambio», una estrategia de activismo empresarial que quiere transformar el entorno incidiendo en los ámbitos de decisión pública para impulsar cambios legislativos. Para llevarlo a cabo, han trabajado junto con agentes expertos que llevan años luchando por causas que tienen un fuerte impacto social, entre ellos FANOC con la lucha por la reducción del IVA de los pañales.
El resultado es la puesta en marcha del proyecto “Provoquemos un cambio” que se ha marcado 3 prioridades iniciales:
- Reducir el IVA de los productos de higiene femenina del 10% al 4%.
- Reducir el IVA de los pañales infantiles del 21% al 4%.
- Reclamar ayudas económicas para las personas celíacas, que se ven obligadas a pagar el sobrecoste de los productos sin gluten.
¿Cómo surgió la idea de lanzar la cadena de supermercados ecológicos VERITAS?
Surgió hace 18 años cuando cuatro amigos, cuatro familias amigas, quisimos responder a una creciente necesidad de buena parte de la población sobre la alimentación. En esos momentos había buena parte de la gente que quería productos más seguros, más naturales con garantía de que esos productos mantenían intactas todas las propiedades. En definitiva, lo que la alimentación ecológica certifica. Y nosotros quisimos ser una iniciativa que ayudara a traer esa solución a esa necesidad de las familias. La primera tienda se abrió en mayo de 2002, hace ya bastante tiempo.
Cada vez las familias se inclinan más por los productos ecológicos y que respeten el medio ambiente, ¿Habéis notado un aumento en la venta de estos productos al público familiar?
Sí. En dieciocho años, desde que abrimos la primera tienda hasta la última que es la número 76 de hace tres meses, el incremento de la demanda ha sido constante. Las familias ahora disponemos de mayor información sobre lo que nos pueden aportar los alimentos, somos más exigentes y queremos cuidarnos más. Como queremos ser responsables con la alimentación de nuestros hijos y de nuestra familia, exigimos más y la alimentación ecológica es la que mejor garantiza. La demanda es creciente pero también la oferta es creciente.
Como padre de familia numerosa y empresario, ¿cómo compaginas la vida familiar y profesional?
Lo compagino como puedo. Trato de ser muy coherente en como soy en casa, con mis hijos, y en como soy en mi desarrollo profesional que al final es una pasión también. Me es mucho más fácil compaginar si no soy una persona distinta en casa y no soy una persona distinta en el trabajo, es decir, no me disfrazo en ninguno de los dos sitios.
Quiero dedicar mucho tiempo a los niños, también quiero dedicarle mucho tiempo al proyecto que lideramos desde hace 18 años y la manera en como intento que eso sea compatible y conciliarlo es con esa coherencia. Es decirles a mis hijos o explicarles lo que hago en mi trabajo y que mi trabajo sea ejemplo educativo para mis hijos. De este modo, compartiendo con ellos todo lo que estamos viviendo, lo que decidimos, lo que queremos hacer por la sociedad, es predicar con el ejemplo sobre algo que yo podría explicarles como padre con palabras, pero prefiero que ellos conozcan la realidad de la empresa.
Intento involucrarlos y que lo vean a través del ejemplo y me ayuda muchísimo.
Hablemos de la iniciativa “Provoquemos un cambio”, ¿cómo surge la idea y qué es lo que queréis conseguir?
La verdad es que nosotros ya nacimos con toda la intención del mundo de provocar un cambio. Como decimos, en el mundo de la alimentación apenas existía el alimento ecológico como opción. Existía, pero para encontrarlo había que hacer una búsqueda exhaustiva. Nosotros queríamos popularizar, queríamos democratizar esa opción alimentaria. Entonces, desde el principio quisimos provocar un cambio y queremos mejorar el entorno en el que vivimos y queremos tener un impacto en la comunidad, un impacto social.
La iniciativa “provoquemos un cambio” enlaza muy bien con nuestros valores. Y es aquello que nos parece que no está bien y que es mejorable en el mundo y que depende de nosotros tratar de darle un empujoncito.
Nos hemos propuesto tres proyectos bastante ambiciosos porque si para hacerlos realidad se requiere un cambio legislativo, una modificación de las leyes existentes, pero queremos ser, como decía la frase que se le atribuye a Gandhi: “queremos ser el cambio que queremos ver reflejado en el mundo”. Por tanto, nosotros vamos a aplicar ya en nuestras tiendas que es donde podemos decidir libremente esas tres peticiones que hacemos de mejorar: el IVA para los pañales, el IVA para la higiene femenina: las compresas, los tampones…, y una ayuda y una prestación para las personas celíacas.
Hemos elegido estos tres, pero no son los únicos. Creemos que son situaciones que no son justas para las familias y que tienen que combatirse, pero después de estas tres vendrán otras. Es decir, el mundo tiene todavía muchos retos y desafíos y hemos elegido estas tres con las que empezar.
Las familias numerosas hace años que reivindican una rebaja en el IVA de los pañales, ¿crees que será posible un cambio de ley?
Claro, sino no empezaríamos. Aunque pequemos quizás de un poquito de ingenuidad, pero el mundo lo mueven los que creen, y creemos. Si no creyéramos, no nos habríamos embarcado. No digo que sea fácil, pero en estos momentos vamos a aprovechar el filón de la Unión Europea que va a destinar fondos en ayudas a los países por la pandemia, que hablan que están condicionados a mejoras sociales y ecológicas. Y vamos a tratar de que esas ayudas puedan servir para mejorar cuestiones sociales. Y esta es una de ellas. También con El proyecto Farm to Fork que hay en la Unión Europea que exige una mejor alimentación desde el campo hasta el hogar.
Se está hablando de fiscalidad ambiental, se está hablando de la fiscalidad solo como castigo, es decir, si tú no consumes de una manera determinada tienes que pagar un recargo o tienes que pagar tal. ¿Por qué vamos a castigar las conductas no ecológicas o no sostenibles? ¿Y por qué no pensamos también al revés? ¿Por qué no vamos a incentivar las conductas que queremos? Entonces, si yo voy a castigar o voy a penalizar según qué conductas, al mismo tiempo puedo crear un estímulo y beneficiar a aquellas que sí me interesan. Creemos que es posible.
¿Cuál es tu próxima meta profesional?
Yo lo primero que digo es que en el mundo actual no llegamos muy lejos si vamos solos. Tenemos que unirnos todos. Por ejemplo, la labor que hacéis vosotros es importantísima es crítica y somos un aliado. Necesitamos aliados, y todas las cosas que vamos a hacer próximamente tienen que ver con tejer alianzas, ir de la mano y entre todos conseguir los propósitos que nos marquemos.
Nuestra meta es muy clara, queremos un mundo donde haya un único concepto de salud de las personas, pero salud del planeta que nos cuida y que nos alberga. Y en definitiva, eso solos no lo podemos hacer.
A continuación podéis ver el video de la entrevista: