Por acercar a las familias el pasado, presente y futuro del mundo rural y vincularlo a la sostenibilidad
El Museo de la Vida Rural, situado en La Espluga de Francolí, en un entorno privilegiado cerca del Monasterio de Poblet, ocupa una superficie de 5.500 metros cuadrados, en los que las familias pueden disfrutar de diversas herramientas y experiencias para conocer y comprender mejor cómo era y cómo es la vida en los entornos rurales y entender los grandes cambios acontecidos con la llegada del tractor, la industrialización de la agricultura y los desafíos del mundo actual.
Su enfoque hacia el público familiar le ha hecho merecedor del Sello de Turismo Familiar, un certificado que le ha sido entregado esta mañana en Barcelona, por la presidenta de la Asociación de Familias Numerosas de Cataluña (Fanoc), Emilia Tarifa, en representación de la Federación Española de Familias Numerosas, reconociéndolo como un lugar especialmente adecuado para familias.
El Sello de Turismo Familiar ha sido recogido por la Directora del Museo, Gemma Carbó, quien ha destacado el valor del Museo como un sitio perfecto para que los niños aprendan cosas tan simples como de dónde proceden el vino y el aceite, para que conozcan el día a día de nuestros abuelos o para que aprendan de los aciertos y errores de nuestro pasado para construir un futuro sostenible.
Por su parte, la presidenta de la Asociación de Familias Numerosas de Cataluña (Fanoc), Emilia Tarifa, ha destacado “la oportunidad que el Museo brinda a muchos niños de ciudad, que no tienen la suerte de disfrutar de la vida en los pueblos, para descubrir de cerca el mundo rural y la agricultura”. También se ha alegrado de poder entregar un Sello de Turismo Familiar a un nuevo museo, “reforzando así la oferta de ocio y turismo familiar de tipo cultural, con la que las familias disfrutan de su tiempo libre de una forma lúdica, pero a la vez educativa”.
El Museo de la Vida Rural nació en 1988 como un lugar para divulgar y preservar la memoria de los campesinos, pero posteriormente en 2009, tras una importante reforma, se amplió y completó con una parte dedicada a los retos actuales y futuros de la agricultura, como el desarrollo sostenible. Así, en el Edificio Antiguo del museo se cuenta cómo vivía y trabajaba el campesinado tradicional y se pueden contemplar aperos, máquinas y técnicas que se utilizaban tanto para trabajar la tierra como para transformar sus frutos, aceitunas, trigo y uvas, en aceite, harina y vino.
También se puede contemplar cómo trabajaban los artesanos (leñadores, carpinteros, herreros, etc.) para producir las herramientas e instrumentos que los campesinos necesitaban para vivir y trabajar, además de escenas que recrean las casas de los campesinos, con el corral, la despensa, la cocina y la habitación de las casas solariegas. Hay secciones dedicadas a la matanza del cerdo, a los cazadores, al mercado, a la indumentaria… Por ultimo, hay espacio para los distintos tipos de carros y el uso que se le daba para trabajar la tierra y transportar mercancías hasta llegar al tractor. El edificio nuevo está dedicado a la industrialización de la agricultura y a los desafíos que marca el futuro al mundo rural.
Además de los espacios permanentes, el museo programa actividades puntuales destinadas al público infantil. Para los menores de 18 años, la entrada al Museo es gratuita.
Más de 200 avalados
Hasta la fecha, más de 200 entidades turísticas de todo tipo han recibido el aval del Sello de Turismo Familiar, desde ciudades a hoteles, pasando por museos, casas rurales, establecimientos dedicados al ocio y turismo en la naturaleza, cruceros, agencias de viaje o destinos. La FEFN, en colaboración con la consultora DNA Expertos en Turismo y Ocio, localiza y promociona a las empresas, entidades, actividades o destinos turísticos que estén orientados a las familias una vez se ha comprobado que cumplen los requisitos para ser considerados de Turismo Familiar. De esta manera se genera una mayor oferta de turismo orientado a familias, y de mayor calidad. En octubre de 2018, la FEFN renovó el acuerdo firmado con la Secretaría de Estado de Turismo por el que, entre otras cosas, se reconocía al Sello como Club de Producto de Turismo Familiar, pasando a ser considerado el Club de Producto más numeroso de la historia del turismo español.